AMENAZAS

Esto de amenazas, para mí no es novedad, ya que cada cierto
tiempo ocurren y recuerdo el caso de dos familias con diez
o doce miembros cada uno,una de las cuales vivía frente a
mí vivienda y desde que me eligieron me tomaron bastante in-
quina y cada cierto tiempo me hacían alguna marranada y re-
cién después de la séptima que pude grabar y recurrir a la
fiscalia, algo aminoró y la otra era una familia que tres o
cuatro veces al año venían a solicitar les timbrara una rifa
o un bingo, a pesar de su buena situación económica,ya que
tenían cuatro o cinco vehículos, pero siempre decían tener a
alguien enfermo y la gente que los conocía mejor me empezó a
reclamar y cuando por cuarta vez en el año me traen un cente-
nar de rifas con la chica que era habitual mandaran,al negar-
me y decirle que asistieran a una asamblea a solicitar el
permiso respectivo,al poco rato llegaron los padres furiosos
exigiéndome les timbrara la rifa, y al negarme se fueron ame-
nazandome que no me atreviera a pasar frente a su vivienda,que
me iban a sacar la cresta entre todos, pero yo seguí pasándo,
hasta que un día que había como ocho, me agarraron a garabatos,
los quedé mirando y continué mí camino, porque no iba a cometer
el error agarrarme con todos, pero al llegar a mí casa, me puse
a escribir la historia de esta familia y la puse por varias par-
tes del barrio y no volvieron a molestarme, y con el terremoto
estas viviendas que arrendaban, resultaron afectadas y se tu-
vieron que ir del barrio, y ahora se respira un mejor aire, aun-
que nunca falta algún matasiete que anda con amenazas.